La industria audiovisual es un conjunto de empresas agrupadas en productoras que trabajan sobre ideas, trazan planes de producción y, se lanzan a la venta del producto terminando a veces en fracaso, y otras forrándose con la venta publicitaria. El mercado se reparte entre grandes productoras, firmas menores y otras más pequeñas que nadan contracorriente, demandando ayudas y que a duras penas pueden mantenerse en el negocio. Y en ocasiones, la fortuna sonríe a productores que atisban un negocio de altos vuelos que puede hacerles millonarios.

Tengo dudas de que mi admirado y amigo Patxi Alonso, responsable de la productora de El Conquis y ahora sencillamente El Conquistador, se haya forrado y sea un millonetis tipo Forbes, pero a buen seguro que la fortuna le ha mandado un beso de cariño y reintegro de abundantes doblones por la venta de los derechos de un espacio chequeado con éxito en ETB. La productora, los equipos profesionales y el resto del aparato creativo se sienten tentados por un canal importante en el panorama español y han cantado bingo en la compra venta de derechos televisivos.

A nada que el espacio funcione, la propuesta va a encandilar a los seguidores de aventuras extremas. El bravo periodista deportivo, ahora en tareas de ejecutivo, ha probado las mieles del éxito y el contacto con la “pasta” abundante; estos aventureros han sentido, por una vez en su azacaneada existencia la caricia gratificante de la gloria y el beneficio después de diecinueve ediciones de este programa con la presencia necesaria de Julián Iantzi y el apoyo de Raquel Sánchez Silva. Tres equipos compitiendo y un solo Conquistador, Salvador. Competir. Medirse. Enfrentarse. Luchar. Combatir. Tocar fondo. Ganar. Triunfar.