Pasados unos meses desde la formación de los ayuntamientos y vistos los encargos que en Pamplona encomendó la alcaldesa Ibarrola a sus distintos concejales parece claro que tiene como segundo de a bordo al ultra Carlos Salvador. Salvador, que fuera casi eterno diputado navarro en Madrid, premiado por la organización ultra Hazte Oír y ahora mismo concejal delegado nada menos que de Educación, Igualdad, Diversidad Cultural, Relaciones Ciudadanas, Participación y Mayores, es un sujeto político que se destacó bastante en la capital por sus posiciones no ya conservadoras, sino prácticamente en salmuera, al punto de que incluso dentro de su propio partido se echaban las manos a la cabeza con sus intervenciones, ya fuera desde el púlpito o en las redes sociales. Precisamente en una red social como Twitter escribió hace tres años este tuit: de los tres hijos de Pablo Iglesias, dos tienen pene (Manuel y Leo) y una tiene vulva (Aitana). Vienen rebeldes. Este es un tuit que por sí mismo califica a alguien que no solo utiliza a tres niños para sus desfogues políticos –algo de por sí lamentable hasta niveles nauseabundos– sino que postula claramente su opinión acerca de los debates de género. Como bien sabemos todos, no todas las opiniones son respetables, sino que respetable es el derecho a opinar. Pues bien, este es el concejal de Educación e Igualdad. Así que no hace falta pensar mucho para extraer que Ibarrola lo ha puesto ahí para que se lleve críticas y así hacerle de parapeto, una figura que no tuvieron previamente ni Maya ni Barcina, que son los que han dirigido la ciudad los últimos 24 años salvo el paréntesis de 4 años de Asirón. Ibarrola sí ha querido tener un segundo de a bordo con foco y nos ha endosado a este señor. Es una desgracia para la ciudad, así que confiemos en que el daño que haga sea menor que las posibilidades que se le atisban, que son muchas.