Plazos en marcha
Tic-Tac, corren dos relojes. El primero, el del corto plazo, avanza hacia la jornada de mañana, cuando se celebra la votación definitiva, en la que al aspirante Núñez Feijóo le bastaría (ejem) ganar por mayoría simple. Como se ha dicho hasta la saciedad, solo una hemorragia de transfuguismo en la bancada socialista convertiría al gallego en presidente del gobierno español. Pero esa circunstancia no se va a dar, así que ahí entra en funcionamiento el segundo de los relojes, el que va descontando los dos meses que quedan antes de la disolución automática de la cortes y la convocatoria de la repetición electoral. Consumado el fracaso de la investidura del líder del PP, se lanza la de Pedro Sánchez, que en este minuto –ojo– sigue sin tener asegurados los apoyos necesarios.
Feijóo consuma su fracaso y se abre la cuenta atrás de Sánchez
Falta de realismo
Nos sobrarán oportunidades para escribir sobre el tour de force que le aguarda al presidente en funciones de cara a retener el cargo. Así que volvamos sobre la jornada de ayer para terminar de escribir la crónica de un fiasco no ya anunciado sino radiotelegrafiado. Mueve a la ternura escuchar al candidato frustrado que da por cumplido el objetivo y que considera su resultado una victoria política. Es cierto que quien no se consuela es porque no quiere y que (como ya escribí uno de estos días) es humanamente comprensible que busque un modo de dulcificar lo que cualquiera con medio gramo de masa gris ha podido ver: el fiasco ha sido de los que hacen época. En todo caso, no reconocerlo habla de una enorme incapacidad para aceptar la realidad, lo que no parece que sea una cualidad muy apreciable para un político.
Protagonismo robado
Claro que el todavía líder de los genoveses y sus conmilitones no son los únicos que se ha refugiado en el autoengaño. La prensa que le baila el agua también está haciendo gala de unas interpretaciones de lo más creativas sobre el batacazo. Se lo contaré con más detalle el sábado en La maraña mediática, pero les avanzo titulares como “Feijóo pierde la primera votación pero gana el liderazgo ante el PP y Sánchez” (ABC), “Feijóo pierde la primera votación de investidura pero consolida su liderazgo como azote de Sánchez” (El Mundo), “Feijóo pierde la primera votación pero gana el relato a Sánchez” (El Debate) o “Feijóo no logra la investidura pero retrata a Pedro Sánchez y a sus socios” (Vozpópuli). Puro voluntarismo para resumir dos jornadas en las que, para más recochineo, a Feijóo le robaron el protagonismo primero un diputado de Valladolid y, al día siguiente, otro por Teruel que se confundió al votar.