Se nos vienen 93.000 millones de euros más para el plan de recuperación y resiliencia español. Bruselas ha aprobado el monto total que recibirá España desde 2021 a 2026, con un total de 163.000 millones de euros. Una enorme cuantía que nos está situando a la cabeza del crecimiento de la UE, pero que, sobre todo, debe servir para la modernización de la economía española. La Comisión Europea ha valorado positivamente el cumplimiento de las reformas a las que estaba condicionada la entrega de fondos y el contenido de los proyectos de la nueva adenda. Es difícil visualizar los resultados del plan en el tejido económico, pues, además de poner en marcha grandes proyectos, los llamados PERTEs, que verán la luz a medio plazo, el dinero se emplea para alcanzar objetivos muy transversales en la doble transición: ecológica y digital. Pero quedan cosas que corregir si se quiere optimizar el uso de los fondos, especialmente gracias al refuerzo de la implicación del sector financiero y la coordinación con las Comunidades Autónomas con objeto de ganar agilidad y asegurar la capilaridad de las ayudas.

Calendario

Con la aprobación de la Adenda y, por consiguiente, la puesta en marcha de la segunda fase del Plan de Recuperación se actualiza el calendario de desembolsos, que incluye transferencias adicionales y préstamos, así como los hitos y objetivos asociados, con el fin de mantener el ritmo de inversión en los próximos años. Con el nuevo calendario, España podrá recibir 7 próximos desembolsos y una prefinanciación de unos 1.400 millones de euros asociada al capítulo REPowerEU. En ese sentido, podría recibir entre transferencias y préstamos hasta 25.600 millones de euros en 2024, hasta 44.600 millones en 2025 y hasta 44.300 millones en 2026. Los más de 10.000 millones de las transferencias adicionales y parte de los préstamos se destinarán a reforzar la práctica totalidad de los PERTEs que ya están en marcha para movilizar y canalizar la inversión pública y privada hacia el desarrollo de la cadena de valor del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC), la Salud de Vanguardia, las Energías Renovables, Hidrógeno Verde y Almacenamiento (PERTE ERHA), la Digitalización del Ciclo del Agua, la modernización de las industrias Agroalimentaria, Aeroespacial y la Descarbonización de la industria Electrointensiva, la Economía Circular, la Nueva Economía Social y de los Cuidados, la industria de Semiconductores y Microprocesadores (PERTE CHIP) y la Nueva Economía de la Lengua.

Diversos apoyos

Dentro de la línea ICO Empresas y Emprendedores, el sector del turismo contará con 1.000 millones de euros, para la realización de proyectos dirigidos al desarrollo de nuevos productos o servicios, nuevos procesos organizativos o de innovación que permitan un ahorro en el consumo de recursos y menor generación de residuos, además de las inversiones dirigidas a aumentar la categoría del establecimiento y mejorar la sostenibilidad del inmueble. Asimismo, se creará un fondo específico de 1.500 millones de euros para financiar el plan “Spain Audiovisual Hub”, orientado a aumentar en un 30% la producción del sector audiovisual y de videojuegos de España. El apoyo al tejido empresarial se completa con el Fondo ICO Next-Tech, con una dotación de 4.000 millones de euros, para seguir facilitando el crecimiento de las startups españolas en tecnologías disruptivas, promoviendo la innovación y la digitalización. Y se dotará con 4.000 millones de euros el fondo, también gestionado por el ICO, dirigido a aumentar el parque de vivienda social y de alquiler asequible. Estamos, pues, ante la segunda parte del plan de recuperación, la más cuantiosa y jugosa, que además llega cuando ya deberían estar rodados los mecanismos de acceso y entrega de los fondos. Sin embargo, el momento político es el que es, sin gobierno por el momento y con una legislatura por delante, cuanto menos de equilibrios muy inestables. Si algo requiere un pacto de Estado debería ser la gestión de estos 93.000 millones de euros.