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Mesa de Redacción

Félix Monreal

Hambre, mucha hambre

Hambre, mucha hambreJose Ramon Gomez

He depositado en el contenedor alimentos que han caducado y otros que están pochos. Alguna carne, fruta, restos de hortalizas. Error de cálculo. Fastidia desaprovechar la comida. De niños nos llamaban la atención si tirábamos el pan de la merienda y de hacerlo nos ordenaban que antes había que besarlo. Como no estábamos para entender esas cosas, lo besábamos y punto. Y a seguir jugando. Ese hábito latente durante la postguerra lo explicaba así Camilo José Cela en Mazurca para dos muertos: “El pan es sagrado, hay cosas sagradas que cuando el mundo se revuelve no se respetan, el sueño, el pan, la soledad, la vida, el pan no se puede echar al fuego ni tirar, el pan hay que comerlo, si se pone reseco se echa en agua y se lo comen las gallinas, si se cae al suelo se coge, se besa y se le pone donde no lo puedan pisar, si se da de limosna también se besa, el pan es sagrado, es como Dios”.

Hoy es el Día Mundial de la Alimentación: 735 millones de personas pasan hambre en el mundo, según Manos Unidas, de ellas 50 millones se enfrentan al hambre extrema. La ONG subraya que desperdiciamos un tercio de los alimentos que se producen y aconseja evitar el desperdicio en el ámbito doméstico. No sé, como dice Cela, si el pan es sagrado; si sé que el hambre es inhumana.