ETB1 ha estrenado en otoño el programa del verano. Bueno, qué digo del verano, el programa del año. O de la década. Lotsagabeak es algo así como un Humor amarillo made in Euskadi con tintes de verano, aunque se ha estrenado en otoño, donde 100 jóvenes vascos compiten en su intento de superar las pruebas más alocadas tirándose a la piscina, pringándose en el barro o comiendo todo tipo de porquerías en una especie de colonias de verano que reservan 10.000 euros para el ganador.

Las pruebas, que se celebran en seis escenarios (Soro zoroa, Igerilekua, Putzua, Hangarra, Bunkerra eta Potxingoa), son eliminatorias, claro, y cada semana van cayendo unos cuantos. Los perdedores son entronados y paseados en procesión hasta la salida mientras los ganadores de las pruebas se marcan un bailoteo con el pegadizo Lotsa dance que reconoce su capacidad para seguir participando en las pruebas más locas, desde disfrazarse de sumo para echar a los competidores en un suelo resbaladizos a jugar a ciegas al juego de las sillas. Todo con mucho humor y juego limpio, aunque la mayoría de las pruebas sean una marranada donde van a acabar de barro hasta el cuello, con un tartazo en la cara o vomitando en una palancana. Pero lo de juego limpio, ya me entienden, va por el buen rollo de los participantes que juegan disfrazados, se ponen motes y aplauden siempre a la competencia tomándose el concurso como lo que es, un juego.

El programa, donde compiten al mismo tiempo cachas y frikis (los martes por la noche en ETB1) ha rejuvenecido la parrilla, pero sobre todo ha dado en el clavo con su acertada realización y el buen hacer de sus comentaristas, Iker Galartza y Miren Nogales. El resultado supera con creces al fallido intento de Amazon de resucitar esta temporada el mítico Humor amarillo con El castillo de Takeshi, en el que ni Dani Rovira ha podido salvar los muebles y al muy anterior fracaso del justamente olvidado Guaypaut telecinquero.

No es fácil montar un tinglado así y conseguir que la diversión traspase la pantalla para que el espectador no lo sienta como algo ajeno, una fiesta a la que no ha sido invitado. Ya vimos lo que le pasó a Cuatro por tomarse demasiado en serio la King’s League de Piqué e Ibai Llanos. Muy al contrario, ETB ha sabido coger el tono perfecto a este alocado Lotsagabeak con sus locuciones, su ambientación musical y sus pausas, dejando en alto las pruebas para pasar a otras y luego retomarlas. Es tan bueno, divertido y adictivo, que se antoja una segunda temporada y que también metan por allí a algunos famosetes con ganas de reírse de sí mismos. Falta nos hace a todos.