Pablo Iglesias, fundador de Podemos y manejador de sus hilos sin el menor disimulo: Creía estar curado de espantos respecto a sus obras y sus palabras, pero debo reconocer que todavía tiene la capacidad de sorprenderme, y no precisamente para bien. De sus labios o de su pluma han salido invectivas biliosas contra sus antiguos acólitos, pero pocas como la sarta de guantazos dialécticos que le atizó ayer a quien solo hace seis meses fue el canditado a la alcaldía de Madrid por su formación, Roberto Sotomayor.

No se ha conformado con tildarlo, como a los demás, de vendido o traidor a la causa. Ha tenido que sugerir que el ya exmiembro de su formación es un consumidor habitual de droga. “Ya puedes salir todas las noches y pasarte de la raya y de las rayas y no te va a pasar nada, campeón”, le espetó. No tiene límites.