No es la primera vez que hablo del Jito Alai, el frontón al aire libre situado en la trasera del Labrit y una de las pocas zonas de esparcimiento de las que dispone el Casco Viejo pamplonés. Hará seis años escribí que durante los sábados en los que había partido de profesionales, el Jito se convertía por obra de algunos pelotaris y allegados en un aparcamiento improvisado e ilegal y que poco parecía importarles pagar las multas por mal estacionamiento y menos, dejar a los chavales sin su espacio de juego. Tras la última reparación de la pasarela cercana, el solar quedó deteriorado y se abrió a los viandantes con un suelo mínimamente adecentado y precaria iluminación. La cuestión es que ha comenzado el nuevo campeonato de pelota y el problema parece repetirse sin que las recetas de los municipales y las quejas ciudadanas ante el Ayuntamiento obren efecto alguno. Por ello, los vecinos se han puesto manos a la obra: pancartas cerrando la entrada de coches al Jito, peticiones a ETB para que aparque su camión donde sí tiene permiso, concentraciones y vigilancias… Todo para hacer entender que ese espacio junto a la muralla no es un aparcamiento, que el Consistorio no otorga permisos para estacionar allá porque se trata de un simple frontón descubierto. Y punto pelota.