Resulta difícil de comprender esa constante capacidad de Feijóo para cometer errores no forzados en los momentos más intensos para los intereses de su actividad política. Le ocurrió en la segunda semana de la campaña electoral del 23-J con una sucesión casi diaria de autotiros en el pie y acabó perdiendo el Gobierno. Y lo ha vuelto a hacer ahora tras filtrar en una comida con 16 periodistas de los principales medios de comunicación de Madrid el pasado viernes en Galicia una parte de las posiciones y ofrecimientos que hizo a Junts el pasado verano para intentar negociar su apoyo, amnistía e indultos incluidos.

Al parecer no había un compromiso de salvaguardar públicamente el contenido del encuentro y de hecho los medios llegaron a un acuerdo para publicarlo un día después a primera hora de la noche, pero sí que hubo un acuerdo de protección de la fuente, en este caso el mismo Feijóo, que otros periodistas que no estuvieron allí han incumplido. En el caso del PNV ya se conocía que el PP le ofreció el Ministerio de Industria e inversiones, además de un asunto que ni ninguno ha desvelado todavía, pero no hubo posibilidad alguna porque los acuerdos con Vox son una puerta infranqueable para el PNV. El cambio de posición y el giro sobre los indultos y el reconocimiento implícito en la misma conversación de que los hechos en Catalunya que algunos jueces intentar juzgar ahora, siete años después, como terrorismo no son terrorismo que han desvelado los medios ha irrumpido en la recta final de la campaña electoral de Galicia, pero sobre todo ha sembrado el desconcierto generalizado en un PP que ha hecho de la oposición frontal a toda solución dialogada en Catalunya la principal base de sus argumentos de oposición a Sánchez. La posición oficial del PP para intentar apagar este nuevo incendio es alegar que ha sido una voladura controlada después de que Puigdemont adelantara solo un día antes de esa comida que sobre las conversaciones con el PP de agosto durante el intento de investidura de Feijóo “todo se sabrá”. Un intento fallido. El mal está hecho para el PP y la estrategia de rechazo frontal de Feijóo al Gobierno.

Y para el mismo liderazgo de Feijóo en su partido, donde las voces del sector más derechista y ultra ya le han vuelto a poner en la picota política. Las encuestas de Galicia ponen en riesgo la continuidad de la mayoría absoluta del PP y, por tanto, su permanencia en el Gobierno de la Xunta ante una posible alternativa del BNG y el PSOE. No se ve claro vistos los antecedentes electorales en la comunidad gallega, pero el cambio político en Galicia no era una expectativa hace dos semanas y ahora asoma a seis días de las urnas. Es evidente que el asunto del cambio de posición sobre Catalunya y los indultos puede ser un factor de distorsión para los intereses del PP. Una derrota el domingo situaría a Feijóo en una situación interna difícil y posiblemente rompería los equilibrios entre los sectores más moderados y más extremistas del PP. Sea un error de calado o un intento de manejar los tiempos antes de que exploten más informaciones es, sin duda, una metedura de pata más en la carrera política de Feijóo como líder del PP. Y en efecto, antes o después, se sabrá todo. Siempre sucede en política con el doble discurso y la doble moral. Como escribía un viejo periodista navarro, la mierda siempre sale a flote. Hablaba de política.