Desde el primer momento la turbia trama del caso Koldo me tiene absorta. Quizás porque, en ambos casos, haya un navarro de por medio y me recuerde los años locos de corrupción de los ochenta en el Estado, léase caso Roldán. En segundo lugar, por lo cutre de la chama. ¿Se acuerdan cómo detuvieron en Laos en 1995 tras su estrambótica huida de la justicia al que fue director general de la Guardia Civil? Quien se presentaba falsamente como ingeniero industrial y economista se llevó más de diez millones de sobresueldos procedentes de los fondos reservados y de comisiones ilegales (incluyendo una colección de pisos y chalés). Incluso hay una estética común, hoy, 24 años después. El que fuera hombre de confianza de Ábalos (primero su chofer y escolta, luego asesor y también consejero de Renfe) -y exconcejal del PSN de Huarte (2011-2015)- trabajó en origen como portero en un prostíbulo en Pamplona y vigilante de seguridad en varias empresas, además de ser condenado por dos agresiones. Los micrófonos de escucha en una marisquería de Madrid donde se reunía con sus cómplices y los pisos adquiridos en Benidorm con presuntas mordidas -uno de ellos a nombre de su hija de dos años-, son la guinda del pastel. La presunta trama de corrupción investigada por la compra de mascarillas en plena pandemia (2020) tiene los ingredientes de una película de Álex de la Iglesia de no ser porque la situación que se vivió en aquellos años de extrema dureza, cuando se nos morían las personas mayores y los profesionales de salud no tenían material para protegerse, no tiene ni pizca de gracia. Hubo quien puso precio a la vida de las personas en busca de su propio beneficio, por eso es aún más mezquino. Las míticas mascarillas FP2 se pagaron a 2,5 euros a base de inflar los precios. Dos empresarios (uno de ellos el propietario del Zamora CF) lograron al parecer un beneficio de más de 15 millones, y la justicia señala a Koldo García como intermediario que facilitaba el negocio dentro del Ministerio, supuestamente 1,5 millones en mordidas. El caso apesta.