Chalecos amarillos identifican a los agricultores y ganaderos del Movimiento 6F en Navarra. Esta prenda descansaba en el escaño del parlamentario de UPN Miguel Bujanda –agricultor y viticultor– cuando el portavoz de su partido, Javier Esparza, exponía la enmienda in voce sobre medidas fiscales y tributación sobre indemnizaciones de seguros agrarios en el Pleno de presupuestos.

Con este gesto Bujanda quiso mostrar su apoyo al movimiento, en el que se ha implicado ya que acudió a los exteriores del departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, ataviado con el chaleco amarillo, durante las reuniones del Gobierno con UAGN, EHNE, UCAN y el 6F tanto el día 9 como el 16 de febrero. En la tribuna de invitados en el Parlamento, varios chalecos amarillos seguían el debate, entre ellos Salvador Moreno Ruiz, que aplaudió a Esparza por la enmienda, y abucheó al portavoz socialista, Ramón Alzórriz.

En la calle este oriundo de Sartaguda y Carmelo Macua González, de Dicastillo y productor de endrinas, se dejaron notar durante los incidentes en los accesos al Parlamento. Tanto Moreno como Macua coincidieron en la mesa de negociación por ser los elegidos para defender las reivindicaciones de la Plataforma 6F.

Pero en la segunda reunión con el Gobierno renunciaron ante sus limitaciones para acordar por la falta de asesores técnicos. Sin embargo, aunque ese 16 de febrero desistieron de esa responsabilidad, el jueves pasado quedó probado que tanto Moreno como Macua se desenvolvieron mejor entre el ruido. Pero en cualquier protesta, tras el alboroto siempre viene el siguiente paso: debatir y pactar reivindicaciones.

Los chalecos amarillos suman cinco semanas de tractoradas y todavía no tienen intención de suspenderlas. Igual el sol trastoca sus planes, aunque el objetivo de cualquier movilización es negociar en el marco de un sistema con sus normas y con mucha paciencia para pactar. Que salga pronto el sol y quede buen día para todos.