Lo reconocía en unas jornadas organizadas por la Red de Lucha contra la Pobreza la consejera del ramo, el verdadero problema de la vivienda es que cada vez menos personas pueden acceder a ella por su elevado precio tanto en compra como en alquiler. Todas las medidas propuestas desde la Administración (Gobierno, Ayuntamiento de Iruña...) no sólo son necesarias sino que van a tener que activarse a la mayor brevedad porque la legislatura pasa volando y está pendiente de que se declaren las zonas de mercado de alquiler tensionado (principalmente Pamplona y Comarca) con el fin de controlar los precios y de potenciar programas y recursos destinados a personas y familias en situación de exclusión social. También han mejorado las medidas destinadas a potenciar la bolsa pública de alquiler de Nasuvinsa a través de la captación de pisos vacíos aunque sigue siendo un tema más bien tabú.

Trato de entender la razón por la que existen muchas viviendas en desuso o vacías que podrían ser aprovechadas con todas las ventajas que ofrece el Gobierno foral como hacer arreglos con ayudas a fondo perdido o garantizar el pago de la renta durante el periodo convenido, un seguro multirriesgo y una subvención equivalente a tres meses de renta de alquiler. La única pega -el plazo de 7 años lo entiendo una vez que asumes unas reformas gratis- estriba a lo mejor en el hecho de no poder conocer a la persona que va a ocupar la que, quizás, sea tu única vivienda en propiedad. Me refiero a muchas personas que han tenido que ir a casa de sus padres o, al revés, que han acogido a sus progenitores en su vivienda y les queda un piso libre. A veces ni siquiera disponen de una vivienda entera porque siguen conservando muchas de sus cosas.

Es probable que si esa persona conociera a las personas que van a alquilar su vivienda -sin tener que ponerse una venda- sería más fácil soltarla por unos años. Como tampoco sería descabellado que se pudieran alquilar habitaciones con todas las de la ley. Una habitación en la Comarca -que es lo que yo controlo- no baja de los 350 euros y hay pisos con tres habitaciones donde el propietario prefiere alquilarlo bajo esta fórmula porque gana más que con el piso entero. En el caso de grandes propietarios está claro la razón por la que no los ceden a la bolsa pública y es que el mercado les ofrece una alternativa más beneficiosa, seleccionando inquilinos (no perros, no niños, no inmigrantes...).

También desde la Red Navarra de la Pobreza, dejando claro que la exclusión residencial va más allá del sinhogarismo, su presidenta reclamaba la necesidad de aumentar el parque público de alquiler social y establecer ayudas al alquiler privado que se adecuen a todos los perfiles (ahora las subvenciones van dirigida a jóvenes y familias). Recuerdan que el 14% de la población vive en un hogar cuyos ingresos son inferiores a 10.088€, y un 13% de los hogares en Navarra no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada. En definitiva, gente que malvive, malcome y que pasa frío para poder pagar la factura de casa.