Tener un techo no implica tener un hogar y la exclusión residencial no es solo el sinhogarismo, sino que también incluye a todas aquellas personas que no ven cubiertas debidamente sus necesidades básicas de vivienda. Se trata de una cruda realidad en la que cada vez se ven inmersos más hogares en Navarra, donde en los últimos ha aumentado tanto el número de personas sin hogar como el de las familias que no tienen una vivienda digna por no poder mantener la casa a una temperatura adecuada, por tener retrasos en los pagos de la hipoteca o el alquiler o por no poder sustituir muebles que estén estropeados.

Para visibilizar esta problemática y buscarle solución, la Red de Lucha contra la Pobreza organizó este martes unas jornadas dedicadas a tratar la exclusión residencial que inauguraron la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, y la vicepresidenta y consejera de Vivienda, Begoña Alfaro, que en su intervención puso el foco en los altos precios: “El aumento de los precios nos preocupa y es la principal causa del problema que hay en torno a la vivienda”.

“Aunque digan que el mercado se regula solo, la realidad es que no se va a frenar y lo único que ha conseguido es echar a las familias de sus casas. No solo hace falta más vivienda, también hace falta vivienda más digna, porque cada vez vemos más familias viviendo en habitaciones o en casas que no cumplen las necesidades básicas de las personas”, sostuvo Alfaro.

La realidad es que la exclusión residencial ha ido en aumento en la última década. Los datos más recientes relativos a las personas sin hogar los ofreció Cáritas en diciembre: 462 personas sin vivienda atendidas en 2023, el doble que hace cinco años; y el último estudio del Instituto de Estadística de Navarra (Nastat) relativo a 2022 hablaba de 603 personas sin hogar atendidas en la Comunidad Foral ese año, casi el doble que una década antes.

En este sentido, la consejera Maeztu avanzó que su departamento ha elaborado un diagnóstico sobre las personas sin hogar en Navarra y expuso los cuatro perfiles diferenciados que requieren una atención prioritaria: jóvenes migrantes, adultos en una situación de cronicidad, mujeres víctimas de violencia de género y/o con adicciones y familias con menores a cargo.

Lo mismo ocurre con aquellos hogares que no cumplen las necesidades básicas y que se refleja en la Encuesta de Condiciones de Vida que el INE ha publicado recientemente. En ella se detalla que el 12,9% de los hogares navarros no tienen la capacidad de mantener su vivienda a la temperatura adecuada, un problema que se ha disparado en los últimos años ya que hace una década el porcentaje era del 1%. También el 10% de los hogares ha tenido retrasos para pagar el alquiler, la hipoteca, el recibo del gas, la comunidad, etc., casi el doble que hace diez años (5%). Tan solo mejora en la última década el indicador de hogares que no pueden cambiar los muebles estropeados, que baja del 25% al 17,7% actual, aunque en los últimos dos años ha empeorado ligeramente –en 2021 era el 15,6%–.

No hay una única causa que explique este incremento –el riesgo de pobreza y exclusión social también aumenta en Navarra y alcanza al 17,2% de la población–, pero la escalada de los precios de la vivienda, aseguró Alfaro, es el principal. “El porcentaje de ingresos que las familias tienen que destinar a la vivienda cada vez es mayor y esto acrecienta las desigualdades sociales y este hecho se agrava todavía más para aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad o de exclusión”, denunció la vicepresidenta y consejera, que aprovechó su intervención para lanzar un mensaje: “Aunque a algunos no les guste, es imprescindible que limitemos el mercado privado del alquiler, es una de las medidas que tenemos encima de la mesa”. Por último, llamó a “todos los agentes sociales a trabajar de manera coordinada en políticas públicas que pongan a las personas en el centro y no dejen a nadie atrás”.

Hoja de ruta

Por su parte, Maeztu sostuvo que desde el pasado noviembre el Gobierno foral ha estado en contacto con entidades locales y organizaciones sociales “para establecer una hoja de ruta para la reordenación de los servicios para personas sin hogar en Navarra.

La consejera indicó que su departamento va a potenciar “programas como el de vivienda de Integración social (VAIS), los equipos de integración en materia de vivienda (EISOVI), el nuevo recurso Kideak para jóvenes migrantes, el modelo de viviendas housing first, los comedores sociales y los albergues con programas de atención diferenciados”. “Estos recursos están ayudando en la respuesta, si bien es necesario dimensionar y adecuarlos avanzando en un modelo de gestión del sinhogarismo articulado”, defendió.

Control de “prácticas racistas"

Tras las consejeras, intervino la presidenta de la Red de Lucha contra la Pobreza, Andrea Corera, alertó sobre el aumento de la tasa de riesgo de pobreza y exclusión en Navarra y reclamó una respuesta “urgente” para cubrir las necesidades de vivienda de las personas más vulnerables. En este sentido, pidió establecer ayudas al alquiler libre, “adecuadas a todos los perfiles de las personas solicitantes”, y fomentar la bolsa de vivienda.

“Es necesario, además, que todo tipo de ajuste en las políticas de vivienda vengan acompañadas de un control de las prácticas aporófobas, racistas y xenófobas, que sufren, en muchas ocasiones, las personas que viven una situación de exclusión residencial”, denunció Corera.

Asimismo, la presidenta de la Red apeló a la Encuesta de Condiciones de Vida recientemente publicada, un estudio que “refleja un cambio de tendencia en la realidad social de Navarra”. “Observamos que la tasa AROPE se ha incrementado pasando del 14,5% en 2022 al 17,2% en 2023, aumento que viene dado por la subida de la tasa de riesgo de pobreza que ha alcanzado el 13,8% de la población. Este ascenso nos tiene muy preocupados ya que significa que casi el 14% de la población vive en un hogar cuyos ingresos son inferiores a 10.088 euros por unidad de consumo (840,6 euros al mes). Un dato muy alarmante si tenemos en cuenta, el incremento de los precios debido a la inflación”, apuntó.