Carles Puigdemont, pinturero president expatriado: No sé si entraba en sus cálculos que haría inmensamente felices a sus odiadores de la derecha extrema y extremísima al haber anunciado que, en caso de palmar en las elecciones del 12 de mayo, dejará la política. Desconozco cuáles son sus cuentas, pero en lo que vamos viendo, incluso aunque obtuviera un resultado del requetecopón, lo tendría en sánscrito para volver a ocupar el Palau de Sant Jordi.

De entrada, nada va a evitar que Clark Kent, quiero decir, Salvador Illa, gane de calle. Pero es que si su plataforma personalista fuera la primera fuerza del soberanismo, no parece que ni por el forro la sorpassada Esquerra se fuera a avenir a hacerle de muleta. No ya porque casi seguro que no darán los números para una mayoría suficiente sino porque, simplemente, el agua y el aceite no ligan.