Nadie diría que un municipio como Burlada, más conocido por su faceta de ciudad dormitorio para algunas generaciones, atesora una historia tan fascinante. Es lo que tiene toparse con gente tan apasionada y amante de la cultura y el patrimonio como Juana Goñi Uli cuya familia nació en el pueblo viejo y que, al igual que el historiador Mikel Zuza, el escritor Ricardo Gurbindo (tiene varios libros sobre Burlada) o la restauradora del archivo municipal Isabel Gil Robles han sabido investigar hasta debajo de las piedras para conocer mejor los orígenes de un núcleo que creció en su origen gracias al Camino de Santiago con dos hospitales y una Venta, donde nació el célebre músico Hilarión Eslava, que albergó tres palacios medievales, una tejería y que fue cuna de la princesa Leonor de Borbón, la nieta mayor de Carlos III.

De todo ese pasado sólo queda un palacio en pie, hoy en manos de un promotor, y muchas casas en serio abandono. Jimeno Jurío o Florencio Idoate también documentaron la historia más antigua de la vieja Burlada, al igual que el antiguo párroco Ignacio Asurmendi o la ya fallecida Nati Zarranz. Mención especial también tiene Iñaki Ustarroz que recogió la mayoría de las fotos antiguas que circulan por el pueblo o al fotógrafo Oskar Montero con un libro con fotografías de la antigua Burlata.

Y cómo no citar a otros protagonistas de los llamados Antiguos de Burlada como Esther Álvarez Vidaurre, Paco Jamar, Juan Luis Santesteban o Javier Medrarde. Me dejaré muchos pero hoy tocaba homenaje a los que han sabido conservar la memoria del pueblo que les vio nacer o los acogió, muy por encima de las instituciones.