La crisis diplomática que ha abierto Milei tras atacar a Sánchez (por cierto con una falta de respeto descomunal) en la cumbre ultra de Madrid tiene muchas lecturas más allá del personaje que está detrás que se presenta como un mesías o una estrella del rock. Show al más puro estilo Trump. Tildar de socialismo como “cancerígeno” o “mujer corrupta” a Begoña Gómez es más que provocar y manipular. Es utilizar mensajes populistas, facilones y, ojito, transgresores, casi antisistema, que puedan calar también entre la gente joven en víspera de las elecciones europeas (9 de junio). Habla del viejo socialismo en Europa como una opción a desterrar que deriva en “esclavitud o muerte” es algo muy medido que no sólo pretende liarla.

Lo dice el mesías del ultraliberalismo que esconde sus inexistentes logros en Argentina con exabruptos. De quien no ha logrado penalizar -como pretendía- de nuevo el aborto, entre otras leyes, y cuya economía va en declive con una inflación galopante. Pero lo más preocupante del contubernio con Vox es que la ultra derecha se está rearmando a nivel mundial exhibiendo sus puntos en común como son el nacionalismo xenófobo y la retorica antinmigración. Una ultraderecha que ya no reniega de Europa sino que la pretende cambiar para acotar sus fronteras físicas que no económicas. Una derecha que culpa a los de fuera de venir para tener vivienda, renta básica y sanidad gratis, y por ello hay que favorecer políticas de deportación.

Para lo demás, cuanto menos Estado mejor. Libertad frente a justicia social. Negar la violencia de género y no hablar de guerras. Por cierto que Naciones Unidas y otros organismos internacionales llevan años advirtiendo que, si Europa quiere mantener su Estado del Bienestar, para el año 2050 tendrá que haber añadido a su población unos 60 millones de habitantes, en su mayoría trabajadores procedentes de África.

En el otro extremo, más de 600 organizaciones pedían ayer una Europa que blinde los derechos humanos frente a la militarización. “Si te despistas en la playa, pierdes tu sombrilla. Si te despistas en las elecciones europeas, te cuelan la guerra” es el primero de los cuatro lemas de la campaña, repartidos en militarización, feminismos, ecologismo y movilidad humana. Ya me dirán cuál de los dos mensajes ha calado más en los medios y redes. Si ha sido lo primero, algo va mal.