Que los jóvenes apenas leen y que beben de las redes sociales como principal fuente de información es una realidad incuestionable. No hay hábito porque en los centros educativos apenas se impone y, en casa, no siempre se inculca. Por eso quizás me imagino el esfuerzo a la hora de comentar un texto, hacer un resumen o razonar un tema de francés o inglés que exige una madurez de análisis, razonamiento, sentido crítico y cultura en general de la que muchos y muchas carecen. Por contra, son chavales con otras habilidades digitales e interpersonales, que saben idiomas, que hacen deporte, que tienen más mundo y más información a su alcance que no necesitan memorizar.... Hoy empiezan los exámenes de la EVAU para 4.036 estudiantes, nuestra antigua Selectividad.

Los mismos nervios y ansiedad, el mismo miedo a jugarte el futuro y poder entrar a la carrera de tus sueños pero ahora quizás con más presión que nunca porque para acceder a muchos Grados las notas de corte se acercan a 13, con mucha más oferta formativa y un mercado más competitivo que nunca. Sé que la excelencia y el talento es lo que buscan todas las universidades pero muchos estudiantes tendrán que acudir a universidades de otras comunidades o a pagar en la privada porque no llegan a la nota exigida.

Jóvenes con menos límites que los que nos marcaron nuestros padres, con muchas más libertades que nuestros abuelos y que van a poder votar por primera vez este próximo domingo por primera vez en las elecciones europeas. ¿Tendrán claro qué es lo que se juegan en esa institución cuya estructura han aprendido de memoria o los riesgos a los que se pueden enfrentar nuestras democracias? ¿Serán conscientes de los retos que nos viene en Europa entre las guerras, el cambio climática, la economía circular, y la revolución tecnológica? Confiemos en ellos y ellas porque estos jóvenes son nuestro futuro.