Parece que esta semana los vientos ladera arriba del Arga encima del Club Deportivo Amaya soplan algo más calmados, porque en las últimas semanas prácticamente día sí día también tuvimos en redes, plenos y medios ataques y contraataques entre alcaldía de Pamplona y UPN acerca del escudo en las nuevas barandillas de Beloso. Durante algún día pareció ser el asunto más crucial desde aquel de loseta o adoquín, pero finalmente creo que decayó porque el asunto no daba para mucho más. De cualquiera de las maneras, el resumen básico es que Bildu acusa a UPN de que en su proyecto no iba el león de la ciudad en la renovada barandilla de Beloso y UPN se defiende diciendo que sí iba y que donde no iba era en la idea inicial de Bildu que luego cambió ante el clamor popular al ver que las barandillas no incluían al león. El pamplonés arquetípico si no ve en un sitio lo que lleva ahí 40 años o 100 sufre convulsiones, echa espuma por la boca y maldice cuan Capitán Haddock, cosa que, sin duda, me parece muy bien. No perder los asideros estéticos que hacen que una ciudad sea Pamplona y no una cityrandom del Medio Oeste Americano me parece importante, sin perder, eso sí, la perspectiva de la importancia en sí misma de la cosa: importante, pero hasta ahí. Al final, salvo los interesados e implicados, el lector que haya leído a unos y otros, a no ser que se haya zambullido en los farragosos proyectos municipales para Beloso, no termina de tener claro si unos llevan razón o no o si comparten razones o qué sucede, aunque finalmente eso sea lo de menos, puesto que lo que va a misa es si el escudo se queda o no se queda y si se hace ese proyecto mejorando lo que había, que está por ver. Así las cosas, no es descartable no obstante que volvamos a tener en la actualidad local algún capítulo más a cuenta del asunto del escudo, tan amigos como somos por la zona de las polémicas chirenes.