Hace poco vi una película en la que George Clooney representaba el papel de un tipo que trabajaba para una agencia que despedía a gente. Los empresarios contrataban sus servicios para no tener que dar la cara ante los empleados que iban a poner en la calle. Ahora acabo de leer que en Japón lo que está ocurriendo es lo contrario: estos últimos años están proliferando las empresas que presentan la dimisión por ti ante tus jefes.

En este país asiático, donde la cultura del trabajo es, a nuestro entender, exagerada, puede resultar una enorme falta de respeto dejar un puesto laboral. Estos días ha corrido por las redes sociales la entrevista que le hicieron en la CNN a Yuki Watanabe, un joven de 24 años, que contaba que su jornada habitual en una gran empresa de tecnología era de 9 a 9 y a veces se alargaba hasta las 11 de la noche y, claro, enfermó. Más de la mitad de los japoneses tienen jornadas superiores a las 60 horas semanales. La presión laboral es enorme y, de hecho, tienen un término, karoshi, para referirse a la muerte por exceso de trabajo.

Si faltar al trabajo es algo inaceptable, dejarlo es ya algo impensable y extremadamente violento para muchos que temen que sus jefes se enfaden y les obliguen a seguir trabajando. Estas empresas renuncian por ti a cambio de 136 euros si se trata de un empleo a jornada completa o 74, si es de media jornada. Incluso tienen ofertas especiales para jóvenes. Son los jóvenes, principalmente, los que se están enfrentando a este concepción del trabajo y podrán cambiar algunas cosas, pero no todo, porque desgraciadamente el burnout, (el desgaste profesional o síndrome de estar quemado) es algo que ya se está extendiendo por todo el mundo capitalista de una manera salvaje.