Unas pocas cifras de la segunda ronda de la Copa: de los 25 duelos entre equipos de distintas categorías, solo una goleada (el 0-7 del Celta al Salamanca UDS); 4 Primeras a casa (ante rivales de Segunda RFEF) y 2 que se salvaron en los penaltis; y 3 Segundas a casa y otro que se clasificó en los penaltis.

Por no hablar de los agobios de Osasuna, Real Sociedad o Atlético. En suma, que en el fútbol no siempre el pez grande se come al chico, y menos si el chico juega en casa y además lo hace con su once de gala frente a un rival que pone en escena a todos sus reservas. Y, así, se ve a equipos anfitriones que, mejor o peor, saben a qué juegan, tienen clara la teoría para frenar a un grande y a veces consiguen aplicarla.

Siete eliminaciones en 25 partidos son una auténtica escabechina (un 28%). Lástima que –no nos cansaremos de decirlo– la RFEF no se atreva a hacer sorteo puro de principio a fin para que esto sea realmente apasionante.