Físico

Uno de los numerosos polvorines mediáticos de la semana ha tenido como protagonista Lalachus, cómica española que ha sido elegida junto con David Broncanopara dar las campanadas de TVE-1. Lalachus ha recibido toda clase de criticas en redes sociales precisamente por su aspecto físico, lo que ha vuelto a poner de manifiesto dos cosas: 1) en este país se juzga en exceso -ya abrir el pico es juzgar- la apariencia. 2) se juzga mucho más la de las mujeres. Esto es evidente, puesto que por ejemplo Chicote también es una persona que en tiempos tenía más peso del estándar y no se cebó nadie con él, algo que sí se hace ahora con esta actriz, que ya ha declarado que le da absolutamente igual.

El problema no es que le dé a ella absolutamente igual, el problema es que las televisiones y el cine y la música y el deporte y absolutamente toda la sociedad está comida hasta el tuétano por la tiranía de la imagen y del cuidado físico y no hay más que ver las redes sociales de buena parte de la juventud, no hay más que ver el ritmo de apertura de gimnasios no ya para encontrarte bien –que también– sino para lograr un cuerpo equis que no desentone y no hay más que ver el genotipo medio de actrices, presentadoras, cantantes, etc y los dramas que hay en la juventud por no tener un cuerpo ad hoc.

Esto, que no es nuevo pues viene de hace muchos años –las presentadoras de informativos son todas ellas atractivas hace décadas, mientras que a ellos se les permite no serlo–, se ha agravado en los últimos años y así, cuando aparece una persona que directamente se sale de la imagen de una manera clara, reaparecen los mensajes de desprecio y hasta odio, como si esto fuera un patio de colegio mal educado donde la imagen física sigue siendo importante. Yo en los 80 y 90 jamás imaginé que el futuro iría para atrás en determinadas cosas. Ahora me doy cuenta de que me equivoqué. Cada día a peor.