Crítica del concierto de Marte Lasarte y Alcalá Norte: "La vida cañón"@alcala_norte en Instagram
En esto de la música, todo es subjetivo, pero a veces también se imponen extraños consensos. En 2024 produjo uno de ellos: el grupo revelación fue Alcalá Norte, acumulando desde la salida de su álbum de debut centenares de miles de escuchas en plataformas digitales y haciendo coincidir (por una vez) el criterio de la crítica con el del gran público. En lo que llevamos de 2025, los madrileños continúan siendo la banda del momento, algo que queda claro con solo echar un vistazo a su agenda de conciertos, casi todos con entradas agotadas, algo que les faltó poco para conseguir en Pamplona.
Abrió la noche Marte Lasarte. Los guipuzcoanos ofrecieron tres cuartos de hora incontestables, llenos de energía, sudor y buenas melodías. Su formación es la de cuarteto, con un cantante que no toca ningún instrumento (solo en una canción se colgó la guitarra eléctrica), batería, bajo y guitarra eléctrica (la combina con los teclados). Es este último el que imprime un carácter especial a su sonido, introduciendo muchos efectos a sus seis cuerdas. El batería y la bajista, por su parte, se dedicaron a marcar un ritmo ruidoso y extremadamente acelerado. El resultado es impactante, tanto por la música como por la arrasadora actitud de su vocalista, que no paró de moverse y dar saltos.
CONCIERTO DE MARTE LASARTE Y ALCALÁ NORTE
FECHA: 09/03/2025
LUGAR: Zentral
INCIDENCIAS: Muy buena entrada, ronzando el lleno. Última jornada del Festival Santas Pascuas, que tuvo que ser pospuesta en enero por problemas de salud del cantante de Alcalá Norte.
La salida de Alcalá Norte fue peculiar, tanto como ver a Barbosa, el batería del combo, con sus pintas de heavy ochentero, bebiendo vino de una bota que luego arrojó al público, al igual que una docena de puros que llevaba en el bolsillo de su chaleco vaquero. Tras él salieron sus cinco compañeros: dos guitarras, bajo, teclados y cantante. En comparación con el huracán que había llevado la voz cantante en Marte Lasarte, sorprendió la pose desganada y hierática del vocalista de Alacalá Norte (muy britpopera, por otro lado). Nada reprochable, desde luego; cada banda tiene su personalidad y así es como debe ser. Además, en el caso de los madrileños, fueron sus canciones las que establecieron la conexión con el público. Eso se notó, por ejemplo, en algo poco habitual por estos lares (y muy frecuente en países como Argentina): el público coreó los solos de guitarra (“lololololo”), y prácticamente todas las letras de las canciones que interpretaron (a excepción de alguna de sus inicios y una versión medio heavy en francés).
Sus influencias son diversas, y así lo refleja su música: hay una fuerte raíz de post punk que los emparenta con algunas bandas nacionales de los ochenta (Décima Víctima, Parálisis Permanente o Los Pegamoides más oscuros), ecos de la primera época de The Cure y un gusto por las melodías coreables (en la línea de The Stone Roses u Oasis). Con esa fórmula triunfaron delante de un público de lo más heterogéneo. La vida cañón, La calle Elfo, La sangre del pobre, Los chavales… Un verdadero paseo militar que concluyó con el público enfervorecido y la banda emocionada (especialmente el cantante, que no pudo reprimir las lágrimas). Ojalá vuelvan pronto.