Andaban estos días unos periodistas detrás de vecinos del Casco Viejo de Pamplona que opinasen sobre el requerimiento que el Ayuntamiento ha realizado a cuatro establecimientos de comida rápida para que dejen limpia la vía pública al cierre de su actividad. Todo ello, después de muchas quejas y denuncias recibidas por el estado de suciedad que soportan las zonas más próximas a estos locales de pizzas y similares. Buscaban (los periodistas) quien pudiera dar una opinión informada sobre el tema y no pude por menos que decirles que se pasaran por el barrio y le pusieran el micrófono a cualquiera. Todo vecino sabe que de jueves a domingo –y antes de que pasen los currelas del servicio de limpieza–, las calles de esta zona de la ciudad dan entre asco y vergüenza. Al vidrio roto, los orines, las vomitonas y demás; hay que añadir los muchos kilos de cajas de cartón, vasos de papel y bandejas con restos de comida que tapizan el adoquinado. Con la ordenanza municipal en la mano, el Consistorio instó a cuatro locales y, asegura, que extenderá estos requerimientos de limpieza a otros negocios. Las calles acaban como unos zorros porque hay clientes guarros en las citadas tiendas de comida, sí, y también en otros muchos locales de hamburguesas y de kebab, en los de bares de bocatas…