Una cuenta de Segunda que hemos hecho más de una vez: si una categoría renueva cada año el 31,8% de sus participantes –son 7 de 22 (los 3 que suben a Primera y los 4 que bajan a Primera RFEF)–, está claro que no es un lugar en el que se pueda permanecer mucho tiempo: o subes o acabas bajando. En la Segunda actual, los dos decanos, por haber llegado a ella en 2013, son el Zaragoza y el Tenerife. Dos históricos del fútbol profesional –sobre todo el maño, con dos títulos europeos, seis Copas y una Supercopa– que esta campaña están en serios apuros, asomados al abismo de la Primera RFEF.
Doce temporadas viviendo la frustración de no dar con la tecla para regresar a Primera, con el desfile habitual en estos casos de entrenadores y el no menos habitual cabreo de las aficiones, y ahora mirando con pavor a la zona baja de la tabla. La Segunda es un infierno del que nunca sabes ni cuándo ni por dónde vas a salir.