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Editorial

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Ámbitos de estabilidad

Los desequilibrios generados por la guerra comercial global que se está ya materializando requieren respuestas de diferentes niveles de gobernanza, objetivos y prioridades a coordinar

Ámbitos de estabilidadEFE

Comienzan a materializarse los desequilibrios que está provocando la guerra arancelaria indiscriminada que ha desatado Donald Trump, y las incertidumbres de las últimas semanas se tornan dificultades objetivas a las que responder. Los diferentes niveles de gobernanza implican competencias, prioridades e intereses también diferentes, aunque todos ellos deberán afrontarse con el denominador de contener el impacto, canalizar la nueva situación comercial y dirigirla hacia la estabilidad allí donde sea posible.

Los gobiernos europeos y aquellos que, como el vasco y el navarro, tienen competencias en políticas económicas e industriales, van definiendo los perfiles de su acción en función de las características de sus economías y sectores más impactados. Es un nivel de intervención y protección de su tejido económico que desarrollarán con el conocimiento más cercano de sus circunstancias, la participación de los agentes económicos locales y la vocación de minimizar el impacto social de la crisis. Se trata de un nivel de gobernanza que tendrá que ser tenido en cuenta a la hora de coordinar acciones en el ámbito supraestatal y, a la vez, coordinar las iniciativas más subsidiarias con ellas.

Tan erróneo sería tratar de funcionar en solitario como imponer por elevación un marco ajeno a las realidades más cercanas a los modelos de producción y crecimiento más específicos. El valor de un sector industrial como el de los territorios forales demanda de medidas de orientación diferente a la de economías más basadas en la exportación primaria o los servicios. El marco europeo debe reaccionar con agilidad pero sin precipitación para poder incorporar a su respuesta las variables que no generen tensiones entre socios ni entre sectores.

Pero, además, se revela cada vez más preciso una cooperación en el marco del diálogo internacional que preserve las normas y estabilidad obtenidas en el trabajo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que ese terreno de juego no quede borrado de un plumazo. La dificultad añadida es que, entre los bloques damnificados, hay confianzas por construir y el grado de asociación de Europa con Asia o América no ha estado exento en el pasado de denuncias de dumping o laxitud regulatoria. La mejor receta para la estabilidad es dar pasos firmes pero no aleatorios.