Ando un poco despistado de la actualidad política española porque me he pasado la semana observando con entusiasmo infantil la heroicidad que han hecho la mujer de Bezos, Katy Perry y unas cuantas pijas más, que se han ido al espacio 11 minutos. Antes los pijos cruzaban el lejano oeste o el Imperio Austrohúngaro en carrozas, luego se montaban en trenes transiberianos o en el Titanic, luego cogían aviones transoceánicos inalcanzables para bolsillos normales y ahora se van 10 minutos al espacio. Suben, bajan, se abrazan, dan saltitos y todo mientras usted separa el plástico del papel en el envoltorio en el que meten la barra del pan, porque lleva de los dos. Usted hace eso y los pijos se van al espacio. El mundo no cambia nada, simplemente son diferentes los escenarios.
Estaba a eso y me he perdido la noticia de rebajar la edad de votación a los 16 años a partir de 2027. Yo lo elevaría a los 21 como poco, así que con eso les digo todo acerca de qué me parece que chavales y chavalas de 16 años, que en su inmensa mayoría bastante tienen con gestionar su momento vital volcánico y si hacen bachillerato o FP o se ponen a buscar un curro, tengan en su mano una papeleta electoral.
Ojo, que ni por asomo diré que la totalidad de los adultos -ni la mitad, tal vez menos- estemos en disposición mental de discernir, pero se supone que aunque solo sea a base de experiencia pues un poco de cuál es el funcionamiento de la sociedad ya tienes. ¿16 años? No sé, no sé, creo que a algún partido del gobierno se le ha ido la pinza del todo o solamente piensa en que este abanico de personas va a suponerle un caladero de votos porcentualmente mayor que el que tiene de 18 en adelante.
Y sé que hay gente muy sensata entre 16 y 18, pero estamos hablando de leyes serias. Igual los que necesitan ir al espacio son algunos políticos y políticas. Para ver el mundo en perspectiva, al menos.