El departamento de Cohesión Social del Gobierno de Navarra presentó la semana pasada al Ayuntamiento del Valle de Egüés el llamado “documento de bases” que precederá a la licitación del plan sectorial de Sarriguren II. Un instrumento que permitiría a la Administración foral impulsar de manera directa la construcción de 5.000 nuevas viviendas accesibles en Sarriguren y enmendar así, defienden, la falta de vivienda pública. La idea de Cohesión Territorial es urbanizar unas 90 hectáreas más otras 30 hectáreas en viales. Dibuja además un nuevo enlace y acceso sur desde la PA-30. Casi de forma paralela UPN, el grupo que dirige el Consistorio (alcaldía como lista más votada), había propuesto también el la construcción de 5.000 viviendas, la mitad de ellas protegidas. Un proyecto que sería pilotado por el propio Consistorio y que necesitaría en todo caso el apoyo al menos del PSN a nivel municipal.

Mientras todo esto ocurría el Pleno del Ayuntamiento de Egüés aprobaba ayer por unanimidad de todos sus grupos la nueva Estrategia y Modelo de Ocupación del Territorio (EMOT) previa al Plan Municipal ya que el actual es de 1998). En ella se quiere respetar los núcleos rurales y blindar el crecimiento de Badostáin. Otro de los objetivos es “evitar que el valle crezca con nuevos PSIS”. Se habla también de “favorecer crecimientos de “proximidad” o de “cercanía” evitando nuevos desarrollos fuera de los núcleos ya existentes” y “prevenir y evitar procesos especulativos”. Habla de crecimiento ordenado y planificado (se habla de la capacidad del valle para 5.000 viviendas a muy largo plazo). El documento sale ahora a debate de la ciudadanía antes de su aprobación definitiva pero resulta evidente que atar un proyecto tal complejo que analice todo el valle exigirá un periodo largo y la legislatura avanza.

En definitiva, hay tres propuestas sobre la mesa y la que más boletos tiene es que el Ejecutivo promueva un PSIS que estaría por encima de cualquier otro proyecto.

Los vecinos de Sarriguren saben de su proximidad a la gran ciudad y de la vocación de su suelo disponible para satisfacer la demanda de vivienda accesible. Pero también es comprensible su idea de hacer pueblo los vecinos de Sarriguren (17.000 habitantes) y que quieran que sus hijos adolescentes puedan acceder dentro de 5-7 años a una vivienda protegida dentro del valle. O que se desarrollen equipamientos pendientes como la Casa de Cultura y otras dotaciones antes de crecer en habitantes. No es lo mismo construir 5.000 viviendas o una quinta parte. No es lo mismo construir poco a poco que de golpe.

La oportunidad de construir vivienda pública en volumen es evidente como también es muy vendible políticamente un proyecto de este calado. Lo difícil siempre es garantizar servicios. También para el sector de la construcción será más apetecible levantar un nuevo barrio junto a otro ya hecho que ir cosiendo solares por la gran ciudad. Se trata en todo caso de un proyecto de suficiente calado como para que haya una propuesta conjunta desde el Gobierno foral. Salvo que PSN y UPN se entiendan.