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A PROPÓSITO

Jesús Barcos

Gente oxigenada

Cumplir con el precepto dominical y que los obispos te den la razón en tu rechazo al Gobierno debe ser una crema reafirmante con mucho retinol

Gente oxigenadaA. Pérez Meca (Europa Press)

Hace año y medio entrevisté a José Luis Ábalos para un reportaje sobre Santos Cerdán, a quien calificó de hombre “discreto y reservado”, “muy de la organización, muy para dentro”. De Pedro Sánchez destacó su valentía al “marcarse desafíos”, y el ser un líder tendente a “retar al destino”. Ahora el gran reto de Sánchez es escapar de la sombra de Ábalos-García-Cerdán y el presidente del Gobierno va a necesitar de audacia e higiene a raudales para salir de la quema. Esta semana Sánchez ha cogido aire ante la OTAN, y a Rutte se le ha visto la lengua ante el hampón de Trump. A Pedro Sánchez tipos como el mandatario estadounidense, o como Netanyahu le dan oxígeno en los pulmones. También González y Aznar le hacen rejuvenecer.

La iglesia, protagonista

La jerarquía católica ha pedido elecciones en España. La iglesia sigue modelando a una parte de la sociedad con un sentido de la pertenencia nada anecdótico. Cumplir con el precepto dominical y que los obispos te den la razón en tu rechazo al Gobierno debe absorberse como una crema reafirmante con mucho retinol. Reclamar comicios como lo hacen los prohombres de la iglesia, escuchar su radio y ver su tele debe equivaler a dormir en una cama hiperbárica. La sensación de hermandad de los españoles de bien tiene que ser la pera, insertos entre los más libres y preparados, que cumplen con su deber de barrer a escobazos a este Gobierno. Los obispos, que saben latín y están a partir un piñón con Dios nuestro Señor, apoyan a los buenos, como es lógico. Y Dios no habla, pero da señales, y si la mayoría de los obispos interpreta que aguarda elecciones en España, no le hagamos esperar. Vayamos de nuevo a comicios y que hable el pueblo hasta que gane la derecha, pero pongamos mucha atención, no vaya a ser que Sánchez pufe el recuento o nos meta algo en la bebida.

Cumplir con el precepto dominical y que los obispos te den la razón en tu rechazo al Gobierno debe ser una crema reafirmante con mucho retinol

Debe ser una gozada educarte, crecer y envejecer sabiendo que el episcopado te secunda. El nacionalcatolicismo aspiró a formar parte del organismo de todo buen español reprimido y represivo, y llegó a muchos tuétanos. Venimos de una especie de teocracia que patrocinó una dictadura, y eso deja posos. La iglesia más conservadora no ha pasado sus años más cómodos. Muerto el papa Francisco que recibió en el Vaticano a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, el episcopado español parece cambiar de marcha.

Saber ganar y perder

El presidente del Gobierno tiene en contra a la mayoría del episcopado y estos días habrá cabreado al lobby armamentístico, dos poderes fácticos de toda la vida. Por el flanco interno se enfrenta a Podemos que se sube por las paredes. La dirección morada es ahora mismo como una gaseosa mal cerrada, que necesita agitarse a cada rato para mostrarse burbujeante. ¿Qué habría pasado frente a la OTAN de estar gobernando la derecha? Es la misma pregunta que la que afloraba en pandemia y pospandemia, cómo gestiona el PP los intereses generales. En cualquier caso, el panorama se le ha puesto muy favorable a Feijóo. De la actual crisis que amenaza al PSOE y las ententes progresistas quedará un sinfín de conclusiones, algunas del todo necesarias. Por ejemplo la necesidad política y social de saber ganar y perder. Dos cualidades elementales en democracia. Ambas son claves para conformar unas bases sólidas de convivencia y para la salud del propio sistema. No lo olvidemos nunca.