¿Qué defenderá llegado el momento ante los órganos del partido? Cristina Ibarrola, presidenta de UPN desde abril de 2024, descartó en octubre de ese año la coalición con el PP para las próximas elecciones generales. “Partidos diferentes” con una relación “cordial”. La metáfora de las fosas en boca de Miguel Tellado, su secretario general, pronunciada en Pamplona a pocos metros de la sede regionalista, hace más delicada la decisión. También la fuga de políticos de UPN al PPN, con los tránsfugas Adanero y Sayas como episodio de trascendencia nacional. Entre 1991 y 2008, el PP se insertó en UPN. Los electos a Congreso y Senado seguían las directrices del PP. Las de UPN en Parlamento foral y Ayuntamientos.
UPN rompió esa dinámica en 2008. Pagó por el agostazo de 2007: el PSOE ordenó al PSN el apoyo en Navarra para que los regionalistas siguieran en Palacio en lugar de facilitar la alternativa llamada progresista. En 2023, UPN concurrió en solitario a las elecciones generales. Fue la cuarta de las cuatro fuerzas políticas con escaño (1 de 5; 15,27% de los votos). Por detrás también del PP. Desaparecieron casi la mitad de los votos conseguidos en 2019 por Navarra Suma, la adición de conveniencia acordada por UPN, PP y Ciudadanos. El PP reapareció con identidad propia. Para quedarse. Y Vox apareció para crecer. ¿Qué querrá UPN: competir con las otras derechas o tragar sapos en forma de coalición o de pactos posteriores? Maya, ex alcalde de Pamplona en dos mandatos y presidente del comité local, considera que “Ya no está ETA, no hay bombas ni kale borroka, pero la realidad es que su proyecto político, poco a poco, se va imponiendo”.
Análisis. Cristina Ibarrola augura que “es el momento de UPN”: “El ciclo para reconquistar una Navarra fuerte, referente y admirada”. Ensoñación. ¿De qué brazo? La cobra socialista, ganada a pulso: 2012, ruptura del Gobierno de coalición; 2023, ruptura de relaciones; 2025, acusaciones de corrupción. Tacto.