¡Prepárense para la guerra!... Silencio sonoroX
“Prepárense para la guerra”. Con esta soflama belicista tan rotunda el Secretario de Guerra del Gobierno de Trump, Peter Hegseth -hasta hace pocas semanas era secretario de Defensa, pero el cambio lo dice todo de la intencionalidad-, arengaba a varios centenares de altos mandos del Ejército repartidos por las numerosas bases instaladas por el mundo. No sólo les arengaba, también les reprendió con dureza exigiéndoles recuperar el espíritu guerrero y los estándares físicos masculinos, lo que quiera que signifique todo eso en su mente guerrera. Hegseth, un comentarista político secundario en la audiencia matutina de los sábados en la cadena ultraconservadora Fox, adelantó igualmente que las mujeres pasarán a tener un papel secundario en las Fuerzas Armadas de EEUU y anunció el final del delirio de género y la prohibición de las personas transexuales en los cuerpos militares.
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La respuesta de los generales allí presidente fue significativa por su estruendoso silencio. Ni un aplauso ni una sonrisa. El mismo silencio que le dedicaron a Trump, que cerró la intervención de Hegseth y que amenazó a quienes no estén de acuerdo con sus planteamientos simplemente con la pérdida de su empleo.
Movilizaciones y miles de voces
Debilidad de Netanyahu. Es cierto que el asalto y la detención de los miembros de la Flotilla que navegaba hacia Gaza era una crónica anunciada. Pero más allá de su efecto testimonial, el viaje ha situado la masacre del pueblo palestino y los continuos actos de vulneración de la Legalidad Internacional y de la violación sistemática de los derechos humanos de cientos de miles de personas en el foco público de nuevo. Y ha originado las mayores movilizaciones en todo el mundo contra Netanyahu y su Gobierno sionista. Una situación de creciente debilidad internacional pese al respaldo de EEUU y la parsimonia sonrojante de la UE.
Lo que está ocurriendo en EEUU a una velocidad de vértigo desde el acceso de Trump a la presidencia dibuja, sin disimulos, un viaje hacia un modelo político no ya de tintes autoritarios, sino directamente autocrático. Advertía Tzvetan Todorov en su colección de ensayos 'La experiencia totalitaria' de la amenaza del siglo XXI con la imposición de un modelo político y económico ultraliberal que presenta, a su juicio, rasgos comunes a los que se utilizaron para edificar el estalinismo y los fascismos. “Estamos amenazados por una concentración de poder y por la limitación del bien común”, reflexionaba Todorov hace ya unos años. Y destacaba que el pensamiento neoconservador se sustenta, al igual que otros modelos totalitarios, en la división maniquea de la sociedad y en el poder mesiánico. Hoy el mundo da más miedo por las personas que lo dirigen que por los problemas que el planeta arrastra.