Circula por las redes hace años un vídeo en el que sale Evaristo Páramos, líder de la Polla Records, hablando de que él recuerda que cuando era chaval se hablaba de ruptura y reforma y que, efectivamente, en España se optó por la reforma y que poco ha cambiado en todos estos años a nivel de jueces, leyes, policías, familias influyentes, etc, etc. No parece andar muy desencaminado el letrista y cantante punki alavés, vistos los acontecimientos de estos últimos días y a quién se condena, por qué y con qué bases.
Determinadas estructuras parecen estar en manos de ideologías muy concretas, sin la debida independencia que se les presupone o que al menos se les debería presuponer, puesto que aquí ya es de sobra conocido cómo es el paño. El resultado es que, una semana más, el tufo que desprende la política que llega desde Madrid es elevado y no menos elevado sigue siendo el combate PSOE-PP en prácticamente todos los escenarios habidos y por haber, extendiendo una sensación de hartazgo entre muchos ciudadanos que hace ya tiempo que imagino superó la cota de la resistencia. Es prácticamente imposible tratar de seguir mínimamente qué se hace a nivel legislativo y real para la ciudadanía sin caer en las intoxicaciones de unos y las de otros –que también las hay, o cuando menos unas hipérboles exageradas–. La guerra por supuesto también está trasladada a los medios de comunicación y no diré yo que haya un ambiente casi prebélico, no es eso, pero a nivel léxico la agresividad y los exabruptos en todas partes están a la orden del día, pues no hay día en que no se despellejen los unos a los otros.
Ahora hasta a la tal Rosalía la encasillan como no sé qué porque “ha sacado un disco cristiano y tradicional”. La verdad, este país es para echar a correr, aunque muchos ya optaron sin más por sacar la silla a la puerta y observar el espectáculo comiendo unas olivas.