Es curioso observar cómo interioriza nuestra mente determinados adjetivos o sustantivos y los procesa para nombrar a un todo o identifica el lugar o el verbo como un sujeto existente.

Así, la marca Rimel ha dado nombre genérico a todo producto que cumpla esa función original; igual que Tampax y muchas otras.

Más comprensible es el error de más de uno cuando oye en la órbita política que Ferraz ha dicho esto o lo otro o que la respuesta de Génova ha sido tal o cual, como si en lugar de ser el nombre de las calles en donde tienen su sede el PSOE y el PP, entiende que son personas físicas con gran poder de decisión.

Hablando de piratas, Antxon Villaverde, en su escrito Pasarlas moradas, dice que recuerda a Bajel, aquel legendario pirata?, confundiendo como nombre del capitán del barco el mismo sinónimo de buque, barco, nave (bajel) que usa Espronceda como recurso literario: Bajel pirata que llaman por su bravura El Temido? (del que, por cierto, no se sabe el nombre porque el autor no lo indica en la Canción del Pirata).

Peor fue lo de un amigo mío que en tierras guipuzcoanas, viendo que en las ventanas de todos lo pisos que se vendían los carteles decían; Salgai, se vende, comentó: jodé, menuda inmobiliaria ésta Salgai?