Estoy contigo, Félix Monreal. Ayer quise mandar un artículo a propósito de las primas de los jugadores del Real Madrid si ganaban la Liga de Campeones, aunque esto de las primas lo hago extensivo a todos los equipos en general. Y qué decir de los contratos multimillonarios de algunos jugadores, qué poco se oye hablar de estas cosas, nos parece normal y ni nos inmutamos. ¡Qué cosa! Cómo nos tiene hipnotizados el fenómeno del fútbol a todos -o a casi todos-, ya lo decía un famoso escritor, es la droga más dura que existe, y además no la consideramos mortal, nos va envenenando poco a poco hasta llegar a despersonalizarnos. Vemos los partidos el sábado, domingo y algún otro día más y todas nuestras conversaciones giran alrededor de lo mismo. ¡Patético!

Cómo vamos a pretender que haya una mínima reacción ante tanto drama humano como es el paro, las hambrunas, las diferencias cada vez más abismales Norte-Sur, si estamos bajos de defensas, débiles de pensamiento, mirándonos al ombligo, con una preocupación de si subimos o bajamos en la Liga.

Por otra parte está el fenómeno de los bancos, otra indecencia que abruma. ¡Pobrecitos, han ganado un poco menos!

Pobres jóvenes que en muchos de los casos han tenido que volver a casa de sus progenitores porque les han embargado sus pisos, y ahí tienes a los padres en su jubilación acogiendo en sus casa a los hijos y nietos. Ya lo creo que otra economía es posible. Pero según muchos expertos, si no se cambia de modelo económico después de esta hecatombe, ésta nos va a conducir a una burbuja aún mayor, de la cual siempre quedarán fuera los mismos. Los ahora ricos lo serán cada vez más y la extensión de pobreza se hará muchísimo mayor. Es curioso, la tragedia de Haití parece que nos ha despertado un poco, y no me parece mal, lo que me preocupa es que hay cierto tufillo en las noticias, en alguno de los casos iban referidas a la atención humanitaria; en definitiva, a ponernos medallas. No estoy en contra de la solidaridad, pero Haití era invisible y ha hecho falta una tragedia como ésta para estar todos presentes. ¿Hasta cuándo? Los Haití van a estar ahí; mejor dicho, están aquí, África, parte de Asia, Suramérica.

¿Vamos a despertar de este sueño que se está haciendo endémico? Nadie somos inocentes y sí somos responsables.