Los médicos están más que cotizados. Y lo curioso es que muchas Comunidades Autónomas empiezan a competir para retener a facultativos o incluso atraerlos a sus servicios sanitarios. La falta de especialistas, sobre todo en Atención Primaria, está haciendo que las comunidades se pongan las pilas a la hora de ofertar incentivos de salarios y mejores condiciones. Tras la pandemia, se ha disparado la demanda asistencial y hace falta mano de obra como en su día ocurrió con la industria. En algunos casos, le han echado imaginación.
Es el caso del Gobierno vasco que acaba de lanzar en redes sociales una campaña para captar talento MIR a Osakidetza. Así, ofrece a residentes que están a punto de finalizar la formación contratos de trabajo de hasta tres años y condiciones atractivas laborales (56.629.63 euros) y desarrollo profesional. El vídeo promocional muestra lugares icónicos de la CAV como el Gughenheim o Gaztelugatxe, paisajes de playas, monte, gente... “Un lugar donde crecer profesional y personalmente”: Euskadi apuesta por el talento. Tu futuro, en Osakidetza’, es el lema casi turístico.
Factores como la ruralidad y zonas de difícil cobertura ya se pagan más en comunidades como Catalunya, en Cantabria han subido el sueldo a los especialistas que terminan el MIR, en Murcia pagan un extra por cupo de pacientes... todo para que los médicos que terminan la residencia se queden o vayan. El Ministerio de Sanidad calcula que hay un déficit de más de 4.500 en la especialidad de Familia. Los salarios iniciales de estos jóvenes sobradamente cualificados no son altos aunque mejoren como también ocurre en Navarra conforme avanza la carrera. Es cierto que se han adoptado de momento otras medidas y que además contamos con dos facultades de Medicina, una pública. Medidas como que a todos los funcionarios navarros, incluido el personal sanitario, se les obliga ahora a la permanencia de dos años en el puesto antes de poder acceder a una excedencia voluntaria porque muchos profesionales lo que hacían era dejar su plaza para “emigrar” a otro mejor destino laboral. Y eso ocurría con médicos y profesores, sobre todo en los pueblos. Plazas que debían ser ocupadas, posteriormente, por interinos.
Trabajar en primera línea de combate en Primaria no es fácil. La población va envejeciendo y sucede también que los hábitos de vida no son los más saludables ni siquiera en tramos más jóvenes. Esta misma semana me comentaba un médico la impotencia que sufría al no poder dar salida a todos los pacientes al tener en la puerta personas fuera de consulta sin cita y tener que decirles que no podía atenderles. Mirar a los ojos a un hijo con un padre de 87 años que no estaba bien... Y no poder verlo. Ahora que se habla tanto de gasto en Defensa coincido con voces como la de la senadora Uxue Barkos en la necesidad de blindar el Estado del bienestar en la Constitución tal y como propueso ayer. Nunca hubiéramos creído que iba a ser necesario pero lo es. No sólo para mejorar lo que ya tenemos sino para no retroceder.