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Día de la Cuajada y euskera

Un mes, se dice pronto. Un mes lleno de ingresos familiares, funerales y demás cosas que no vienen al caso. Un mes dedicada en cuerpo y alma (como siempre en todo lo que hago) y cuidando hasta el último detalle para que salga perfecto ese día. Como cada mañana, me dispongo a hacer la visita al hospital, pero el hospitalizado me dice que lleve un cartel del Día de la Cuajada para las enfermeras. En unos minutos hago uno. Y pienso, ya que voy a ir al Ayuntamiento a hacer un par de gestiones, voy a llevar otro y así la gente del valle se entera. Primera impresión en el Ayuntamiento de una que ni la nombro: "¿Pensarás hacer en euskera también, no?". "Sí -contesto- pero me corría prisa hacer éste". Salgo de allá, voy al hospital, vuelvo a casa y hago los carteles en euskera. Imprimo 50 copias. Voy a imprimir el de castellano y pienso que 10 copias son suficientes. Cuál es mi sorpresa que una semana más tarde me encuentro un texto diciendo que el Ayuntamiento no apuesta por el euskera. Señores, ¿acaso una relación 50/10 no es apostar por el euskera? ¿Lo más importantes es que he tardado tres horas en hacer un cartel en euskera? Creía que importaba más el propio día y que la gente disfrutase. He tardado tres horas en hacerlo, he estudiado en el modelo B, me vi obligada a separarme de mis compañeros porque nos dividían entre modelo A y D, amo el euskera y que me acusen de no defenderlo con esos argumentos no me parece muy lógico. A todos ellos, ongi etorri Mamiaren Egunara.