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Sólo quien puede decir no puede decir sí

En estas fiestas de San Fermín y dado que es un momento de cierta confusión por el ambiente de calle, el número de personas, cierto relajo propio de la situación, pido a la sociedad en general y a cada persona en particular que hagamos una reflexión ante ciertos comportamientos no deseados que se producen en todas las fiestas, y que podamos contribuir a evitar agresiones porque algunas personas no aceptan un no por respuesta. Si una persona tiene miedo a decir no no está pudiendo elegir en libertad. Decir no, cuando queremos decir no, y quien recibe el no que lo acepte porque es la decisión de la otra persona.

No es no y hay una sola manera de decirlo: no. Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos: no No se dice de una sola manera: no. Es corto, rápido, monocorde, sobrio, escueto: no. Se dice una sola vez, no. Con la misma entonación, no. Como un disco rayado, no. Un no, no necesita de un largo recorrido, no es no. Un no, no necesita explicaciones y justificaciones, no es no. No tiene la brevedad de un segundo. No es no, aquí y en cualquier sitio. No, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser no, aunque al otro y al mundo les cueste aceptarlo. No es un acto de dignidad. No es no, porque no. Cuando el no es no, se mira a los ojos y el no sale por los labios. La voz del no no deja duda alguna. Y sólo quien sabe decir no puede decir sí.