La vara de medir
El alcalde de Algemesí, Valencia, ha venido a decir que Franco, el dictador sanguinario, era una gran persona que hizo lo que tenía que hacer por la nación española, y no lo han detenido ni ilegalizado por ensalzar a un tirano que cometió terribles crímenes contra la humanidad por los que será recordado con asco y dolor.
Con lo que uno se pregunta, ¿cómo está Otegi en la cárcel con pruebas tan endebles de pertenecer, y mucho menos dirigir, una banda armada cuando los apologistas del terrorismo franquista no disimulan su creciente poder y su notorio desprecio hacia la democracia?
Apologistas que no solo en el País Valencià se encuentran con profusión. También en el PP navarro o en UPN al que el PSN se abraza para gobernar o que le gobiernen, se mueven con soltura, negándose a retirar placas franquistas, calles acriminales o plazas e institutos. El desprecio de esta gente a la democracia en Navarra y en Pamplona es patente y muy mal disimulado a porrazos siempre que ha sido menester.
¿Doble vara de medir?
No, es solo una, que mide la calidad de nuestra democracia, que se arrastra por el lodo de la mano de la derecha, y el PSOE, incapaz de hacer honor a una memoria histórica que llora por su cobardía.