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Legal, pero no justo

Cuando los últimos informes sobre las solicitudes sin atender de renta básica claman al cielo, la señora presidenta utiliza el dinero público para subirse el sueldo sin ningún rubor un 33%, ni siquiera se le ha movido una pestaña. Ella cobrará más que Zapatero, 92.712 euros.

¿Hay que votarles o hay que botarles? ¿Sabe la señora Barcina que hay gente en Iruña que vive con 500 euros al mes? ¿Cuántas personas resolverían su vida con lo que a Barcina le sobra? Puede ser legal, ellos hacen las leyes, pero no es justo ni equitativo. Hay dos orillas, en una la gente vive cada vez mejor (algunos cargos políticos de los partidos mayoritarios entre ellos) y en la otra orilla, la gente ve cómo empresarios que en época de bonanza se han forrado ahora mandan a la gente trabajadora al paro, cómo se ayuda con dinero público a los bancos que siguen declarando beneficios mientras les quitan el piso a familias que no pueden pagar la hipoteca. Hay muchas personas que se están refugiando en su familia que les presta ayuda y cobijo, pero están padeciendo soledad, sufrimiento y la angustia que se siente cuando no se ve futuro para seguir alimentando a su familia. Mientras, ven con indignación, cómo se utiliza con demasiada frivolidad el dinero público y cómo, con todo descaro, quien se ha visto obligada a dejar de cobrar dietas que además ocultaba no ha tardado cuatro días en subirse el sueldo un 33% de la caja común.

Quizás esta señora no deje de sorprendernos y en estos momentos esté pensando, no satisfecha con su súper sueldo, cómo aumentarlo todavía más, para poder comprarse algún traje rojo con el dinero de todos los navarros. Le recuerdo a Yolanda Barcina que hay muchas familias en Navarra que no tienen qué comer y le pido un poco más de sensibilidad y mucha más honradez. Un auténtico drama. Opulencia y pobreza conviven en un mundo desigual, en el que cada vez se echa más en falta la ética y la moral en muchos políticos que están al frente y mandan en nuestras instituciones embarrándolo todo.

¡Bótales! Son unos desalmados.