Como todos esperábamos, la intervención de Mariano Rajoy (PP) y la respuesta de Iñaki Antigüedad (Amaiur) no tiene desperdicio, aunque desprenda cierto aire de rancio abolengo nada recomendable. Rajoy afirma que es muy consciente y Antigüedad dice que están condenados a entenderse.
Señores representantes del pueblo, ustedes hablan de pasos, intenciones y leyes, de clases democráticas y de sentido común, y sus palabras me llegan vacías, como conceptos vagos e indefinidos. Ser consciente y buscar soluciones en estos tiempos difíciles y en cualesquiera otros significa que algo no ha salido como debiera en el pasado. Dar pasos supone equivocarse, pero también volver a empezar si el objetivo realmente nos preocupa. No tener confianza en el adversario nos impide encontrar un punto de partida que inicie el fin absoluto y hacerlo desde una intención sincera y legal.
Porque aunque no lo crean, tienen un punto en común, adquirido de modo imperativo, pero adquirido. Ustedes han prometido someterse a la ley, y ésta les ha otorgado el derecho a ocupar su cargo. Está bien empezar su trabajo defendiendo sus posturas. Pero el ciudadano de a pie necesita soluciones, porque sus palabras ya las conocíamos, y lo que ahora les demandamos es que encuentren ese modelo democrático suficiente para convivir en paz y sacar adelante a nuestras familias.