Está claro que uno no deja nunca de asombrarse. El otro día, al leer en la prensa su petición de retrasar el pago de la deuda a la Seguridad Social 75 años, no podía salir de mi asombro. Que lo intente, bueno allá usted, pero que lo haga público me parece ya de una desfachatez sin calificativos. Máxime con la que está cayendo, empresas que cierran, despidos, desahucios...

¿Sabe usted qué le ocurre a una persona como yo si no cumple con sus obligaciones fiscales? Le embargan, le hacen pagar la deuda con intereses y encima le ponen una multa. Eso es lo que nuestra Administración les debería haber hecho hace tiempo, y no me venga con milongas de reversión?

Mientras ustedes viven en la opulencia (no hay más que ver los sueldos de sus jugadores), el resto del deporte navarro sale a flote a base de mucho sacrificio y poco dinero. ¿Qué tienen que decir el resto de clubes y federaciones de Navarra?

Que por una mala gestión intencionada o no se encuentren ustedes en esa situación, pues qué le vamos a hacer, ya vendrán otros que lo hagan mejor. No sería el primer equipo navarro en perder la categoría. Por cierto, los años que Osasuna estuvo deambulando por categorías inferiores, la economía navarra no sufrió ningún descalabro.

Aunque tal como están las cosas todo puede ocurrir: gimnasios de institutos en pésimas condiciones, en la cárcel piscina cubierta y a la última. Esto es sólo un ejemplo, pero todos conocemos casos parecidos de incongruencia y despilfarro.

Si lo suyo cuela, mire a ver si me pueden retrasar mis deudas 30 años. No es mucho ¿no?