Remus Ioan Radu, vecino del barrio de la Rochapea de Pamplona, tenía 38 años, estaba soltero y era el mayor de tres hermanos (Bogdan y Oana le siguen) que llegaron de Rumanía hace 22 años a la capital navarra. Le recuerdan como “la luz de nuestra familia, nos ha dejado un vacío imposible de llenar. Fue un hombre bondadoso, siempre dispuesto a hacer feliz a los demás con su generosidad y cariño. Tenía un espíritu noble y trabajador.
Su recuerdo vivirá siempre en el corazón de quienes lo conocieron y compartieron con él momentos de vida, risas y amistad”. Remus había empezado estudios de Cocina al llegar a Navarra y hace tres lustros decidió sacarse el carnet y dedicarse al transporte pesado, aunque sin abandonar nunca esa pasión por los fogones, puesto que de hecho era habitual que cocinara en los encuentros familiares platos de lo más elaborados. Destacan además que tenía un gran sentido del humor y que era capaz de sacar una sonrisa ante cualquier situación.