Soy una madre indignada y con una impotencia tal que solo me queda poder compartir lo que ocurre con la opinión pública.
Tengo un bebé de 15 meses. Trabajo a jornada completa. Mi marido también. Los tres vivimos en el Casco Antiguo de Pamplona-Iruña; los dos trabajamos en el Casco Antiguo y el Ensanche y los tres necesitamos una escuela infantil.
Hoy es último día de plazo para la solicitud de ingreso en las escuelas infantiles públicas de Pamplona. Ayer, al entregar nuestra solicitud, descubrí que este año, para el tramo de mi hijo, el Organismo Autónomo de Escuelas Infantiles oferta 1 plaza para todo el Casco y 1 plaza para el II Ensanche. 1 plaza y le llaman oferta. Qué cinismo. Y qué grave.
"Si el año pasado, fuera de plazo, hubieras llamado y te hubieras informado y hubieras matriculado a tu hijo allí donde hubiera quedado una plaza libre, este año con pedir el traslado lo tenías hecho". Esta es la solución, señoras y señores. Solución que por supuesto no figura en ninguno de los folletos informativos. Me la dio la voz de la experiencia, que en este caso era una señora de mediana edad, que recogía solicitudes. Mientras yo intentaba digerir y repetía sin cesar que "es una demencia" y "una indecencia" llamar a esto oferta, otra señora funcionaria, también de edad mediana, y por lo que se ve, con mucha más experiencia todavía, me increpa por caprichosa: "Es que, claro, lo quieres llevar cerca de casa, y te estamos diciendo que ahí no hay plazas. Os empeñáis y no puede ser. Pide otra opción que oferta más".
Ahora va a resultar que el problema lo tengo yo (que sí, lo tengo, pero de otra índole). Pues se lo dije a la señora y lo repito hoy: "Oiga, que no es un capricho, a ver si nos entendemos, que es un derecho". Y con eso me quedo. Mientras esta señora revisa todos mis datos, conoce todo de mí, tiene mi declaración de renta, y domicilio y lugar de trabajo, yo no sé ni cómo se llama. Esto es grave, muy grave. Y mientras, mi hijo seguirá en su guardería privada y lejos, porque por cierto, ni en el Casco ni en el Ensanche hay ninguna guardería privada. Por lo menos es bilingüe y ninguna funcionaria me trata como si me estuviera perdonando la vida o haciéndome un favor.
Luego hablarán de conciliación y de la importancia de la educación. De peso es este argumento para que a los señores Fermín Alonso, concejal delegado de Educación en el Ayuntamiento de Pamplona y José Iribas, exconcejal delegado de Educación del Ayuntamiento de Pamplona y actual consejero de Educación, se les caiga la cara de vergüenza.