Agresiones al personal sanitario

Según parece, las agresiones al personal sanitario, tanto físicas como verbales, continúan aumentando. Lo que antaño no dejaba de ser algo anecdótico y puntual, ahora parece ser algo cotidiano. Ya se sabe que cuando uno se encuentra afectado por una patología, dolor o desesperanza, la situación no es propicia para tibiezas. Pero el acercamiento, la disposición y la atención de los sanitarios no dejan de ser sino maniobras de su deber y trabajo, y que además representan actos que únicamente están encaminados a nuestra atención y cuidado. Solo de forma excepcional el paciente podrá sentirse quejoso de los modos del sanitario o de las deficiencias en el servicio. Y esta excepción no hace sino formar parte de una regla, como sucede en todos los ámbitos. Así que procuremos respetar y comprender a los profesionales de la salud, como nos gusta que hagan con nosotros mismos en nuestros cometidos laborales. (...)

Por el contrario, acabamos de leer cómo hace tan solo unas horas una enfermera se ha herido con instrumental quirúrgico y varios pacientes operados han sido llamados para un análisis sanguíneo para determinar si ha habido riesgo de algún contagio por parte de ella. Pues bien, todos ellos, inmediatamente, han acudido a la llamada. Como vemos, también existen pacientes fantásticos. Todos nos congratulamos por esa magnífica respuesta.