Hace 15 días nos encontramos en la prensa con un indignante proyecto de modificación del DF que pretende regular el ciclo infantil 0-3 años y que entre sus aportaciones se encontraba el aumento de ratios -número de niños por aula- ya exageradas en este momento, y la rebaja de exigencia de espacio por niño. Esto contrastaba con otra noticia que aparecía en el mismo periódico contando cómo el precio de los huevos había aumentado por la inversión que habían tenido que hacer en las granjas de gallinas para propiciar que los animales tuviesen más espacio, por exigencia de la normativa europea, por el bienestar del animal. La impresión de mostrar menos sensibilidad y respeto hacia nuestros niños que hacia las gallinas nos produjo gran indignación. Nos encontrábamos elaborando un escrito para mostrar públicamente el descontento de este equipo educativo con quienes legislan con esta falta de implicación y de respeto con este colectivo cuando nos ha golpeado la peor de las tragedias que en una escuela infantil se pueda imaginar.

Los políticos no pueden creer que vayamos a tener siempre la suerte de cara. No pueden olvidar que el incumplimiento de las normativas de seguridad puede acarrear consecuencias terribles e irreparables. Es imperdonable que, tras el suceso trágico de la Escuela Infantil de Tafalla, aparezca el señor Iribas lanzando balones fuera, sembrando dudas y hablando de "un elemento extraño" en el patio de una escuela infantil, es un elemento común, habitual, útil y recurrente. Lo que es "un elemento extraño" en la escuela infantil es un político, sólo se ocupan de las EEII para la foto.

Nuestro trabajo conlleva un grado de responsabilidad tremendo y una carga emocional enorme, propicia situaciones duras con demasiada frecuencia y, sin embargo, está infravalorado. Tenemos que exigir minimizar riesgos; subsanar deficiencias estructurales, decretar ratios razonables, personal de apoyo, sustituciones desde el primer día? Si no se legisla en este sentido, no se estará haciendo lo que se puede y debe y sí habrá culpables en caso de accidente.

Un abrazo para la familia de M. y nuestro apoyo de corazón para nuestras compañeras, que están dando muestra de una enorme fortaleza y profesionalidad.