La Ley de Leyes, la Constitución, exige a los poderes públicos fomentar (=excitar, promover, proteger) aquí, en Navarra, a la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Tratar de realizar competencia desleal con dinero no ahorrado sino restado del que legalmente recibía Irache y era minuciosamente controlado por la Administración, diré con suavidad que no parece la manera de cumplir con lo establecido por la Constitución. ¿Tan mal lo hace Irache? La mayor parte de los poderes públicos, los medios de comunicación y las encuestas demuestran sobradamente su buenhacer. Un Plan Estratégico de Protección al Consumidor afirma literalmente que "las asociaciones de consumidores tienen una misión en la sociedad que no ha de ser asumida por las Administraciones salvo que aquellas no la lleven a cabo". Para el lector, sobran todos los comentarios.
Irache, a través de décadas, llena las ramas del gran roble consumerista de Navarra de realidades por todos reconocidas. ¿Pretenden algunos varear con fuerza las ramas para recoger los frutos con objetivos políticos concretos? Solo así se entienden los actuales empeños de un número pequeño de personas situadas en el poder a diversos niveles perjudicando a Irache. Espero que lo tengan crudo. Los frutos están enraizados en la rica y variada sociedad navarra. Será un triunfo más en la larga vida de Irache. Pero, mucho cuidado, que el dinero público y el poder que se olvida demasiado, que es delegado, tienen excesivo peso en una sociedad civilmente poco estructurada y demasiado temerosa.
¿Tratar de romper lo que funciona con socios y cuotas económicas verdaderas e importantes, con eficacia y austeridad desde siempre, con ilusión por apoyar al consumidor y resolver sus problemas, con la envidia de algunos y la confianza de la mayoría? Tratar de destruir o debilitar esta realidad navarra es simplemente una barbaridad. ¡Ánimo Irache! Comunicadlo a toda Navarra. En libertad.