POCOS recuerdos propios tengo como antiguo alumno de las Escuelas Infantiles Municipales del Ayuntamiento de Pamplona. Se limitan a algunas fotos y anécdotas mil veces contadas por mis padres y familiares. Pero como padre, sí que estoy disfrutando de ellas.

Asier cumplirá ahora un año, y ya desde los cuatro meses está escolarizado en la Escuela Infantil de La Milagrosa, curiosamente en la misma escuela a la que yo fui como alumno. Apenas sabía darse la vuelta cuando entró, pero las obligaciones laborales no nos dejaban muchas salidas. Aún sin haber nacido, formalizamos las preinscripciones en las Escuelas Infantiles Municipales del Ayuntamiento de Pamplona, de Barañáin, de Berrioplano, y estuvimos mirando varias escuelas infantiles privadas. Como precaución, y visto que las Escuelas Infantiles Municipales apenas cubren el 33% de la posible demanda, reservamos una plaza en una escuela infantil privada, previo pago de 100 euros como señal. Tiene su gracia que las escuelas privadas hagan sus preinscripciones con antelación a la publicación de las listas de admitidos en la escuelas públicas, y cobren señales que no se devuelven, puesto que tienen claro que, una vez publicadas las listas de estas últimas, muchos de sus alumnos se les irán a las públicas, y por algo será.

En nuestro caso, vivimos en Buztintxuri, en la otra punta de Pamplona, y la verdad es que ir todas las mañanas hasta la Milagrosa nos lleva un rato, pero estoy descubriendo que el viaje diario en la villavesa tiene sus encantos y se ha convertido en uno de nuestro momenticos de juego. Como primera opción solicitamos la Escuela de Buztintxuri, por cercanía, pero nos quedamos en lista de espera. Como segunda opción solicitamos La Milagrosa, por recomendación, y tuvimos la gran suerte de ser admitidos. A día de hoy estamos encantados con la escuela. Da gusto empezar la semana con una sonrisa, y así nos reciben cada mañana en La Milagrosa. Reconforta dejar a tu hijo contento y jugando con sus amigos de clase, descubrir sus progresos en las diferentes salas y talleres y comprobar la importancia de la educación que ya está recibiendo. La calidad, implicación y amabilidad de todo el equipo humano, la metodología educativa que aplican, las instalaciones y materiales de que disponen, y la seguridad y control que le da tener un organismo autónomo de Escuelas Infantiles del Ayuntamiento de Pamplona detrás, difícilmente puede ser igualado por ninguna escuela privada. Y de eso se trataría en última instancia, de asegurar y mantener un sistema de educación público de calidad y que cubra la demanda de toda la población.

¿Quién no quiere lo mejor para sus hijos? Nosotros hemos buscado, hemos comparado, y teníamos muy claro que nuestras primeras opciones pasaban por cualquier escuela infantil pública, y como última opción optamos por la mejor de las escuelas privadas que vimos. Tuvimos la suerte de ser admitidos en la Escuela Infantil de La Milagrosa, y aquí estamos. Todas las madres y padres deberían tener la posibilidad de acceder al sistema público de escuelas infantiles. Todos los hijos deberían empezar los lunes con una sonrisa.

Aitor Burguete López