Llevo aproximadamente un mes viendo en las tiendas productos relacionados con la Navidad. Creo que cada año los ponen antes, es increíble. Aparecen turrones y otros dulces mientras llevamos camiseta de manga corta. Inmediatamente, llegan los juguetes. Comienza el bombardeo de anuncios por televisión y una exposición completa en los hipermercados. El otro día me pasé por uno de ellos y encontré estanterías y estanterías repletas. Parecía Navidad y estábamos a mitad de octubre. Por lo menos yo, todavía estaba asimilando que había terminado el verano, con la ropa de invierno a medio sacar. Entiendo que quieran ganar dinero con las ventas de la campaña de Navidad, pero esto ya es algo exagerado. Y peligroso, además.

Psicológicamente nos encontramos en una realidad ficticia, inventada con fines lucrativos, y eso daña, no deja disfrutar el momento, buscar qué queremos, qué nos apetece... Nos lo dan hecho. Y nos estresamos. Nos acostumbramos a pensar en el futuro sin disfrutar del presente, preparar lo que vendrá olvidando lo que está pasando aquí y ahora. Así, perdemos mucha energía. Es un hábito peligroso que no nos deja gozar de los momentos que pasamos con la gente que queremos, o de los ratos de soledad y descanso?, porque siempre hay un pensamiento que nos ocupa, algo que hacer, la necesidad de controlar lo que todavía no existe?

Es importante poner freno a esta locura, incluso propondría un boicot a las compras de Navidad hasta dentro de, por lo menos, un mes? Estamos en otoño, vamos a disfrutarlo. Pasa el verano y pensamos en las fiestas navideñas, llega enero y pensamos en las de Semana Santa, y después en el verano. Vivimos saltando por encima del día a día. Y los años pasan sin que nos demos cuenta.