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¿Pero por qué siguen con el TAV navarro?

Hasta el momento distintas sentencias han dejado en evidencia y con el culo al aire al Gobierno de Navarra y al consejero de Fomento, Luis Zarraluqui, firmes defensores de esta obra tan cuestionada socialmente.

El TAV navarro no solo es chapucero, improvisado, ruinoso e irregular (recordemos que las obras se empezaron con las declaraciones de impacto ambiental caducadas) sino que ahora se constata que es un proyecto turbio, puesto que el Gobierno se saltó la ley negando a los navarros el acceso a la información sobre el llamado corredor de alta velocidad ferroviaria.

Resumiendo, tenemos una macro obra deficitaria para la cual todos los años se destinan en los presupuestos más de cien millones de euros mientras desmantelan la sanidad pública, la educación y los servicios sociales. Ahorrarse media hora con el TAV es para el Gobierno navarro la máxima prioridad.

A pesar de sus múltiples irregularidades, a pesar de ser una cicatriz de 60 kilómetros entre Castejón y Campanas, a pesar de provocar el cierre de estaciones y líneas comarcales, a pesar de ser una vía de alta velocidad aislada sin conexión por el norte ni por el sur, y a pesar de que nos va a hipotecar durante decenas de años y en un contexto de fuertes recortes sociales como el que padecemos, Navarra siempre p'alante... ¡y a toda velocidad! Gracias.