Desde abril de 2003 padecemos los navarros una ley foral donde, entre otras cosas, se prohíbe en la práctica, bajo sanción, la utilización de la ikurriña en los edificios públicos de la Navarra foral y española. Creo que ha pasado demasiado tiempo con el actual Gobierno de Uxue Barkos como para normalizar este sinsentido y darle a los navarros democráticamente la posibilidad de que nuestros símbolos históricos, tales como las bandera de Navarra, la ikurriña y el Arrano Beltza puedan convivir pacifícamente si esa localidad, comarca, sindicato, partido político, institución financiera, económica, social o asociación cultural lo requieran. Esos símbolos no tienen por qué ser incompatibles, sino complementarios de un reino, estado o nación, es decir, de la vasca y del estado navarro.
No estoy de acuerdo con la definición del miembro del actual Gobierno navarro, Koldo Martinez, que define unas banderas como oficiales y otras no oficiales. Los sentimientos y la identidad vascona de la actual Nafarroa Garaia no entiende esa diferenciación.
¿No hay acuerdo parlamentario? ¿No es el momento oportuno?
Hagan un esfuerzo señores parlamentarios. Nosotros, los navarros, estamos esperando esa nueva ley para que nuestra pluralidad, identidad, democracia, normalidad y convivencia sean una realidad, sin rencores ni venganzas.