¿Cómo se consigue esbozar una media sonrisa, cuando recuerdas el lugar en el que hemos pasado el peor trago de nuestra vida? ¿Cómo se consigue que en nuestras cabezas no residan únicamente el odio y la rabia hacia ese lugar y su gente? La única conclusión a la que podemos llegar es que, afortunadamente, los seres humanos en toda su extensión siguen existiendo. Además, surgen en el lugar más propicio, donde se libra la madre de todas las batallas, la lucha por la vida.
Se nos fue el marido, el abuelo, el papá, el hijo, el suegro, el hermano, el cuñado, el tío, el amigo? Josean no pudo irse mirando al Cerco desde su huerta con la gorra puesta cómo a él le hubiese gustado, pero gracias a vosotros tuvo una despedida tranquila, en paz y rodeado de su familia y amigos.
La 2ª planta del Pabellón C del Hospital de Navarra no es una planta más del Complejo Hospitalario, paradójicamente es el sitio donde nos hemos encontrado las mayores ansias por vivir. Su día a día es una carrera continua por conseguir que nadie baje los brazos y se entregue. Es cariño, atención, un gesto, una caricia a tiempo, respeto, es plantar rosas en medio de campos de ortigas?
Cuando decimos que cambiar el mundo es tarea imposible, creo que no somos conscientes de que si todos intentáramos hacer nuestro trabajo con esa pasión y recuperando esos pequeños valores, que en verdad llevamos dentro, el mundo sería distinto y mejor.
Poco más que deciros a vosotros: Esther, Juan, Susana, Jeruca y un sinfín de enfermeras, auxiliares, celadores, personal administrativo, oncólogos? pero al fin y al cabo personas. Conseguisteis aliviar la pérdida más inmensa para todos nosotros.
Un agradecimiento eterno a vuestro trabajo desde Artajona, no cambiéis nunca y seguiréis cambiando el mundo.